Érase una familia de bonitos hámsters que vivían muy felices todos en su grandísima jaula con casita y toboganes incluidos.
Eran 9 hermanos, el padre y la madre.
Siempre todos los pequeños jugaban escalando y tirándose por los toboganes.
Una mañana, la pequeña de la familia de los dueños de los hámsters se encontró una rata en el sótano, entonces ella, cómo era muy pequeña, no sabía distinguirlas.
Entones la niña metió a la rata con los hámster.
La rata intentó familiarizarse con todos ellos, pero, en cambio, todos los hermanos se reían de lo fea que era, ella, muy triste, se metía en un pequeño refugio que había hecho con pipas y con algodón.
Cuando los padres de la niña pequeña se despertaron, al ir a echarles de comer, se encontró con la rata y la madre gritó con todas sus fuerzas y el padre la cogió con unas pinzas y la echó de casa.
Ella cada vez mas triste veía que cuando la gente la miraba se asustaba y ponía cara de desprecio; por eso ella siempre solía ir por las esquinas...
Al parecer, la "rata", que en realidad no era una rata, era una raza de hámster muy famosa en Japón y pagaban grandes cantidades de dinero por alguna de ellas, al haber muy pocas en todo el mundo.
Un día, aquel hámster iba paseando y un cuidador de hámster la recogió, la limpió, y la puso con 5 hámster más igual que ella.
Eran 9 hermanos, el padre y la madre.
Siempre todos los pequeños jugaban escalando y tirándose por los toboganes.
Una mañana, la pequeña de la familia de los dueños de los hámsters se encontró una rata en el sótano, entonces ella, cómo era muy pequeña, no sabía distinguirlas.
Entones la niña metió a la rata con los hámster.
La rata intentó familiarizarse con todos ellos, pero, en cambio, todos los hermanos se reían de lo fea que era, ella, muy triste, se metía en un pequeño refugio que había hecho con pipas y con algodón.
Cuando los padres de la niña pequeña se despertaron, al ir a echarles de comer, se encontró con la rata y la madre gritó con todas sus fuerzas y el padre la cogió con unas pinzas y la echó de casa.
Ella cada vez mas triste veía que cuando la gente la miraba se asustaba y ponía cara de desprecio; por eso ella siempre solía ir por las esquinas...
Al parecer, la "rata", que en realidad no era una rata, era una raza de hámster muy famosa en Japón y pagaban grandes cantidades de dinero por alguna de ellas, al haber muy pocas en todo el mundo.
Un día, aquel hámster iba paseando y un cuidador de hámster la recogió, la limpió, y la puso con 5 hámster más igual que ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario